martes, 24 de marzo de 2009

La encrucijada de la igualdad

El pasado 13 de marzo de 2009, tuve la satisfacción de organizar las Jornadas Salud Compañeras con las que se pretendía contar y poner en valor la historia de las mujeres socialistas y además mostrar a la sociedad cuáles pueden ser algunas de las nuevas ideas y vehículos para el debate sobre las políticas de igualdad y qué papel pueden tener las nuevas formas de comunicación social en nuestra estrategia política. En las Jornadas se presentaron las Memorias de Ángeles Flórez Peón “Maricuela” y también se inauguró la Exposición Salud Compañeras. A continuación se transcribe el texto correspondiente a su inauguración:

Recorriendo la Exposición y leyendo las Memorias de Ángeles Flórez Peón una se da cuenta de que muchos de los problemas y dificultades que sufrieron las mujeres en la primera mitad del siglo XX siguen presentes en la sociedad actual: la diferenciación en los roles de hombres y mujeres, la violencia de género, la prostitución, los embarazos no deseados o las dificultades para acceder a un empleo, entre otros. La gran diferencia, la importantísima aportación de las mujeres progresistas y de los gobiernos socialistas en democracia ha sido trasladar estas cuestiones al centro de las agendas políticas primero del Partido y, después de los gobiernos.

Acabamos de celebrar el primer 8 de marzo con un Ministerio de Igualdad (ninguna de las mujeres que sufrieron la atroz represión franquista o que vivieron tantos años carentes de libertades podrían imaginar que sus nietas y nietos habrían llevado las políticas de igualdad al más alto rango del Estado, pero deben saber que hemos llegado hasta aquí gracias a ellas). Un Ministerio de Igualdad creado para el desarrollo pleno de la ciudadanía para hombres y mujeres en este país.

Un Ministerio de Igualdad que, en cumplimiento de este objetivo, tiene como misión fundamental avanzar en la erradicación de la violencia contra las mujeres y cuyas actuaciones, junto con Comunidades Autónomas como la nuestra, están permitiendo que muchas más mujeres rompan el círculo de la violencia, denuncien y puedan llegar a tener una vida libre y feliz. Lamentablemente algunas no lo consiguen; hoy tenemos que mostrar nuestra satisfacción por la captura del presunto asesino de Adela por parte de la policía y porque va a ser extraditado para ser juzgado. Nos alegramos por el consuelo que va a suponer para la familia y amigos de Adela. Y porque la resolución de este caso nos permite avanzar en el esfuerzo común de la sociedad para acabar con la lacra de la violencia machista en aplicación del Plan de atención y prevención de la violencia de género en población extranjera inmigrante.

En estas fechas también se cumplen dos años de vigencia de la Ley de Igualdad que va permitiendo que un cambio de valores se haya incorporado definitivamente a la sociedad española; que ha sumado la igualdad al discurso de todas las organizaciones políticas –aunque con “matices”-; que va introduciendo el debate de la igualdad en las mesas de negociación colectiva para comenzar a construir la igualdad desde el empleo; que ha permitido que se replanteen las relaciones familiares y las tareas de cuidado y que muchos varones puedan disfrutar de su paternidad desde el momento del nacimiento de sus hijos e hijas; que va conformando, en fin, una sociedad más justa y participativa en la que todas las personas podemos aspirar a ejercer la ciudadanía plena a lo largo de la vida.

La grave crisis económica que padecemos no debe suponer en modo alguno un retroceso en la aplicación de esta Ley. Antes bien, ha de constituir uno de los ejes vertebradores del nuevo modelo económico que se alumbre a partir de ella. Entre todos y todas hemos de velar porque así sea y porque en la nueva estructura económica las mujeres tengamos el papel que nos corresponde no sólo por justicia, sino también porque ya somos la parte de la sociedad más cualificada para apoyar a nuestro país en la búsqueda de soluciones.

El gobierno está desarrollando la Ley de Igualdad con nuevas medidas que permitan que la mujer no se vea obligada a elegir entre la maternidad y el ejercicio profesional. También está luchando contra la abominable trata de mujeres con fines de explotación sexual y está preparando una nueva ley de interrupción voluntaria del embarazo, porque no podemos permitir que las mujeres sean procesadas por la difícil decisión de interrumpir un embarazo; y porque se ha de definir una nueva estrategia de Salud sexual y reproductiva que intensifique la formación de nuestra población en esta materia, especialmente de los y las más jóvenes. Una Ley que actualice nuestra normativa y nos equipare a la del resto de los países del entorno europeo.

Hoy desde la igualdad podemos reconstruir la historia y apreciar la diversidad de las mujeres; hoy desde la igualdad podemos reconocer la importante aportación de las mujeres a la lucha por la libertad, la justicia social y la igualdad de oportunidades. Las generaciones de mujeres que contribuyeron a ello fueron tejiendo con gran esfuerzo una vida mejor para sus sucesoras. Hoy tenemos la oportunidad y diría más, la obligación de continuar esta tarea y de dejar una herencia de libertad y bienestar a nuestras hijas que al menos iguale a la recibida. Muchas gracias a todas.