martes, 25 de noviembre de 2008

La Sociedad contra la Violencia de Género

La Ley Integral contra la Violencia de Género ha cumplido tres años de vigencia. El compromiso adquirido por el Gobierno socialista con la ciudadanía, las instituciones, los distintos equipos profesionales y, en especial, con las víctimas de esta violencia, sigue vigente y más fuerte que nunca.

El desarrollo de la Ley se ha cumplido en una gran parte: Se ha dotado y se seguirá dotando financieramente, el número de denuncias ha crecido espectacularmente, las infraestructuras que contempla la Ley han sido puestas en marcha en su mayoría, el Plan de Sensibilización 2007-2008 concluye esta primera fase en el próximo mes de Diciembre y su grado de cumplimiento, así como el impulso a la consecución de sus objetivos estratégicos, han supuesto un enorme avance.

Esta es una Ley que tiene una vocación indudable de continuidad; es una ley que no se ha agotado, al contrario, casi no ha hecho sino comenzar el camino hacia un nuevo modelo de relación entre los hombres y mujeres basado en el principio de igualdad. Las medidas que contiene exigen una coordinación entre todos los poderes del Estado y todas las administraciones con el doble objetivo de cambiar la base cultural que sustenta esta violencia y de ofrecer la protección y la oportunidad integral para el cambio en la vida de las víctimas.

En los tres años de vigencia de la Ley Integral contra la violencia de género se han utilizado dos estrategias complementarias, por un lado, la creación de recursos específicos de índole jurídica, seguridad, profesionales especializados en violencia de género en la atención sanitaria, en los servicios forenses y en recursos para el asesoramiento jurídico, la asistencia social, el apoyo económico y el acceso al empleo. Por otro, la inclusión de las mujeres víctimas de la violencia de género en todos los servicios públicos oportunos para que puedan salir de la situación de violencia en la que han vivido y que les posibilite la restitución de un proyecto de vida autónomo.

La responsabilidad de los poderes públicos y de las administraciones ha de conducir a la profundización y coordinación en las actuaciones de sensibilización y prevención, protección y apoyo social para la recuperación personal de las víctimas de la violencia de género. No podemos usar para la confrontación una cuestión que todas las fuerzas políticas consideramos como un “auténtico problema de Estado”. La sociedad española así nos lo exige.

Por ello debemos valorar la eficacia de la Ley no sólo desde el punto de vista de la aún inadmisible cifra de fallecimientos a causa del machismo criminal, sino también poniendo en valor el camino que ya se ha recorrido, las medidas que se han puesto en marcha y las muchas mujeres protegidas que han conseguido salir del entorno violento y han iniciado su recuperación y vida autónoma.

Una vez más tenemos que apelar a la denuncia del maltrato para que se puedan poner a disposición de las mujeres los recursos públicos que Estado, Comunidades Autónomas y Ayuntamientos han impulsado para proteger y ayudar a las mujeres. Asimismo debemos poner en marcha medidas específicas para aquellas mujeres que están en condiciones de mayor vulnerabilidad por las condiciones de vida especialmente difíciles en las que se encuentran y el menor conocimiento de los recursos que tienen a su disposición. En ese esfuerzo ha de implicarse plenamente la sociedad española.

Porque el éxito de Leyes como ésta exige un apoyo y voluntad social completos y sin fisuras: Las normas que emanan de la sociedad, han de impregnar a quienes van dirigidas y ahondar y enraizar en su memoria colectiva. Son los derechos básicos de ciudadanía y por ella deben ser defendidos.

Por ello este año queremos, complementariamente, rendir nuestro más profundo homenaje a aquellos ciudadanos y ciudadanas que han antepuesto incluso su integridad física a la ayuda solidaria a las mujeres víctimas de violencia de género.

A aquellos ciudadanos y ciudadanas que luchan y seguirán luchando por devolver la dignidad a las mujeres que, por el mero hecho de serlo, sufren la mentalidad posesiva machista y a veces les cuesta la vida.

A aquellos ciudadanos y ciudadanas que, sintiendo la terrible injusticia que para las víctimas supone la violencia de género, intentan cambiar las mentalidades opresoras y represivas de los maltratadores y a ello dedican su esfuerzo y trabajo con total honestidad y dedicación.

A aquellos ciudadanos y ciudadanas que, tanto desde los estamentos sociales en contacto con esta lacra como aquellos otros y otras desde su vivencia cotidiana, hacen recuperar a las víctimas de violencia de género la libertad que les es negada y a la que todos los seres humanos tenemos derecho.


Carmen Sanjurjo González
Secretaria de Igualdad FSA- PSOE
Senadora por Asturias

MANIFIESTO

MANIFIESTO CON MOTIVO DEL 25 DE NOVIEMBRE,
DÍA INTERNACIONAL CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO
La Sociedad contra la Violencia de Género
Secretaría de Políticas de Igualdad

La Ley Integral contra la Violencia de Género va a cumplir próximamente cuatro años de vigencia. El compromiso adquirido por el Gobierno socialista con la ciudadanía, las instituciones, los distintos equipos profesionales y, en especial, con las víctimas de esta violencia, sigue vigente y más fuerte que nunca.
El desarrollo de la Ley se ha cumplido en una gran parte: Se ha dotado y se seguirá dotando financieramente, el número de denuncias ha crecido espectacularmente, las infraestructuras que contempla la Ley han sido puestas en marcha en su mayoría, el Plan de Sensibilización 2007-2008 concluye esta primera fase en el próximo mes de Diciembre y su grado de cumplimiento, así como el impulso a la consecución de sus objetivos estratégicos, han supuesto un enorme avance.
Pero el éxito de Leyes como ésta exigen, además, un apoyo y voluntad social completos y sin fisuras: Las normas han de emanar de la sociedad, impregnar a quienes van dirigidas y ahondar y enraizar en su memoria colectiva. Son los derechos básicos de ciudadanía y por ella deben ser defendidos.
Por ello este año debemos, además y complementariamente, rendir nuestro más profundo homenaje a aquellos ciudadanos y ciudadanas que han antepuesto incluso su integridad física a la ayuda solidaria a las mujeres víctimas de violencia de género.
A aquellos ciudadanos y ciudadanas que luchan y seguirán luchando por devolver la dignidad a las mujeres que, por el mero hecho de serlo, sufren la mentalidad posesiva machista y a veces les cuesta la vida.
A aquellos ciudadanos y ciudadanas que, sintiendo la terrible injusticia que para las víctimas supone la violencia de género, intentan cambiar las mentalidades opresoras y represivas de los maltratadores y a ello dedican su esfuerzo y trabajo con total honestidad y dedicación.
A aquellos ciudadanos y ciudadanas que, tanto desde los estamentos sociales en contacto con esta lacra como aquellos otros y otras desde su vivencia cotidiana, hacen recuperar a las víctimas de violencia de género la libertad que les es negada y a la que todos los seres humanos tenemos derecho.
Unos tienen nombres y apellidos: Daniel Oliver, una joven vida que se truncó por defender a una mujer que estaba siendo maltratada en Valencia y que murió en diciembre de 2007, y Jesús Neira, que ha sufrido y está sufriendo un largo proceso de recuperación tras una brutal agresión inflingida por defender a una mujer agredida en Madrid.
De otras y otros no conocemos sus nombres pero sabemos que están entre nosotros, luchando denodadamente para devolver la libertad, la dignidad y la justicia a las mujeres víctimas de violencia de género: Ellos y ellas han de ser los referentes, las personas que orienten nuestras voluntades, para erradicar, entre todas y todos, que en nuestra sociedad exista tanto dolor, tanto temor y tanto sufrimiento, recuperando definitivamente nuestra calidad de ciudadanía digna y libre, en igualdad plena.